sábado, 12 de diciembre de 2009

Cine gourmet

En la película “Vatel” (2000), Roland Joffé retrata las desventuras del mayordomo François Vatel (interpretado por Gérard Depardieu), quien debe coordinar la comida y diversiones de la corte francesa en pos de conseguir el favor real para salvar de la ruina a su amo. Este constituye un ejemplo muy interesante de toda una vertiente fílmica que circunscribe la acción alrededor de delicadezas culinarias e ingenios estéticos: el llamado “cine gourmet”.

No es de extrañar que el genial cineasta polaco refugiado en París, Paul Bowlrosa (conocido en el mundo fílmico como “le sauvage du camera”) haya incursionado en el cine gourmet en varias de sus más de 730 obras. Para un creador como él no existe tal cosa como los géneros bastardos, y es por ello que su obra toca todos los géneros fílmicos conocidos por el hombre, incluso casamientos, cumpleaños de 15 y Bar Miztvas.

Aquí exponemos una corta reseña de las tres obras más destacadas de Bowlrosa en el género gourmet.

“La fondana di Trevi” (1997): Bowlrosa viaja especialmente a Brasil para hacer un documental/ficción sobre la cantante Gloria Trevi, estrella pop de principios de esa década. Es un retrato cruel sobre el sistema carcelario brasileño, no sin una abundante dosis de acción estilo Isla de Lesbos por parte de las internas del penal (para el beneplácito de Bowlrosa en ocasiones y para su asco en los casos menos agraciados físicamente). La filmación se corta cuando se frustra un intento de fuga en el que un admirador de la cantante le envía a la misma una torta con una fuente hecha en fondant y con una lima dentro. Bowlrosa y su equipo fueron tomados como rehenes durante una semana. La escena final de la masacre de seis internas y tres guardias es real y fue parte del expediente judicial. La música es Jean-Baptiste Organèlle.

“La saciedad de los poetas muertos” (1990): Bowlrosa recrea la perturbadora tragedia del 7 de octubre de 1984, día en el cual 20 profesores de literatura murieron por una partida de camarones en mal estado en un tenedor libre enfrente del Departamento de Lengua de la Sorbona. Destacan aquí Sandro Mascarpone y Mimí Plumette. Plumette interpreta a la moza. La película retrata un debate entre los intelectuales mientras almuerzan. En esta obra plena de simbolismo, Mascarpone brilla recitando el monólogo de Shylock mientras muere junto con el resto de sus colegas, a quienes después de una discusión tan acalorada, la muerte es lo que los une finalmente. Plumette los descubre a todos con las caras hundidas en sus respectivos platos, cuando ya es muy tarde para pagar la cuenta. La escena final es entre lágrimas de Plumette, quien se pregunta mirando a la cámara (que con el público hace las veces de oficial de la Sureté): “¿acaso tendré que pagarlo yo?”.

“Ñoquis de Papa” (1965, estrenada en 2008): Paul Bowlrosa filmó en 1965 un encuentro a cenar con un cardenal Polaco que había sido amigo suyo en la infancia. Este cardenal no era otro que Karol Wojtyła (quien luego adoptaría el nombre artístico de Juan Pablo II). Ciertas versiones afirman que el “Pablo” es un homenaje a Paul Bowlrosa, pero son sistemáticamente negadas por la Santa Sede. La película es una sola toma con cámara fija de aproximadamente dos horas de duración, durante las cuales Wojtyła amasa unos ñoquis de papa (delicia polaca) mientras conversa animadamente en su polaco natal con Bowlrosa. Los amigos cenan bebiendo vino, recordando anécdotas de la infancia, y contando chistes de todos los colores, predominantemente del verde. La película pasó muchos años en el archivo personal de Bowlrosa, quien accedió a estrenarlo en memoria de su amigo. Esta película fue aclamada por la crítica y ganó por unanimidad la Palma de Oro en Cannes y el Oscar a la mejor película extrajera “por demostrar que los papas también tienen un costado humano”.

La mesa está servida, y está en el lector nutrirse de este verdadero alimento para el intelecto.