lunes, 10 de agosto de 2009

Fantasmas

[...] Papá había ido a cambiarse a la habitación. Mamá y yo lo esperábamos en la cocina. Aún lo escuchábamos parlotear a lo lejos. Yo, con sus anteojos en la mano me puse a llorar lamentando que, estando muerto, viniera de visita tan poco.

Me desperté llorando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que curioso, tengo el mismo sueño recurrente.